Lo más triste para mí es, se me ocurre, que en cada momento de mi vida pueda hablar solamente un idioma. Un gran privilegio es poder crear un puente entre dos seres humanos e intentar que sus ideas y emociones puedan transmitirse de uno a otro, de una cultura a otra. Este oficio de intérprete es el arte de saber escuchar y de recrear lo escuchado de tal modo que tanto el contenido como el contexto sean comprensibles para una persona que no conoce el idioma y la cultura de su procedencia.
Cada individuo aprende un idioma y lo sabe hablar y entender sin problemas. También es un hecho que la mayoría de los seres humanos habla y entiende más de un idioma. En este momento, uno tiene la posibilidad de elegir cuál de los dos quiere hablar. Y aquí empieza, en algunas culturas, la polémica. Puede que se considere un idioma políticamente correcto, económicamente ventajoso, lindo, feo, de los pobres etc. Antes de viajar a Québec, una amiga me preguntó “Pero no vas a aprender a hablar este francés horroroso, ¿no?”.
Con esta actitud de evaluar un idioma estamos creando mucha polémica, emociones negativas y conflictos políticos. Aquí en Québec hay una institución encargada de vigilar “el uso del idioma francés”. Uno se puede preguntar: ¿Y por qué eso? Para comprender el contexto, basta leer novelas escritas en francés antes de la segunda guerra mundial, o buscar información sobre René Lévesque. Hace 40 años, muchos trabajadores en Québec no podían asumir posiciones de liderazgo si no hablaban inglés. Lucharon por poder trabajar y vivir en francés, para poder ir al cine escuchando películas en francés, tener acceso a una buena educación en francés. Y ganaron la batalla. Sin embargo, guerra continúa. Pensaba yo, al principio de la semana pasada “bueno, es una particularidad de aquí”. Pero escuchando las noticias de México ayer, me di cuenta que el fenómeno existe en otros contextos culturales. Acaban de nombrar a un mexicano como director de la fundación Español Urgente. El objetivo de este organismo es promover el uso correcto de español. ¿Y quién dice cuál es correcto? Otra vez estamos entrando en la política. Para el idioma español, hay una Academia Real en España. Por otro lado, hay todo un continente del otro lado del mar donde se hablan dialectos variados del idioma español. Y hay un país al norte de México donde la población creciente de hispanohablantes tiene un impacto sobre la comunicación en el dominio público. El idioma forma parte de la existencia humana. Me atrevo deducir que es por eso que se pelea sobre él.
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